mayo 10, 2024

Desmontes y carboneras en el Chaco causan preocupación ciudadana; ven pasividad de la ABT

Las carboneras están tumbando el bosque de manera acelerada

A través de un comunicado emitido a finales de octubre, las plataformas de turismo y colectivos ciudadanos expresaron su inquietud ante la Resolución ABT 059/2021, señalando la amenaza que representa para el frágil ecosistema del Chaco tarijeño. Ese documento allana el camino a los desmontes y producción de hornos de carbón, desencadenando críticas por parte de la sociedad civil. Los desmontes y las carboneras en el Chaco se han multiplicado.

El pronunciamiento destaca que la resolución pone en peligro la protección del bosque nativo chaqueño, vulnerable debido a las condiciones climáticas adversas, con bajas precipitaciones y altas temperaturas. Además, se subraya la problemática en el contexto de una creciente sequía que afecta a más de medio millón de familias y comunidades indígenas en más de 120 municipios declarados en desastre.

Las plataformas también cuestionan la medida en un momento en que Bolivia enfrenta una significativa pérdida de bosques, situándose como el tercer país con la mayor tasa de deforestación de bosques primarios. La migración de familias y pueblos indígenas se agudiza, y el Gran Chaco experimenta una notoria disminución de su cobertura boscosa en la última década.

Una preocupación central se dirige al destino de la madera desmontada, donde el 50% se destina a la producción de carbón vegetal. Este proceso, según las plataformas, tiene impactos ambientales significativos al contaminar el aire con partículas de cenizas.

Citando un estudio de 2018 de la Fundación para el Periodismo y el European Journalism Centre, las plataformas destacan que más del 50% del desmonte en el Chaco Tarijeño termina convertido en carbón vegetal, una cifra que triplica la estimación de la FAO. Este dato no se refleja en los informes gubernamentales sobre el Producto Interno Bruto (PIB).

Basados en informes de la ABT, los colectivos ciudadanos señalan la existencia de doce empresas carboneras hasta 2018 en el Chaco, contribuyendo a la producción de 1,372.82 toneladas de carbón vegetal. Esta actividad, según los datos, ha contribuido al aumento de las temperaturas en la región.

Reforzando sus argumentos con datos de la FAO, las plataformas subrayan la emisión significativa de CO2 asociada a la producción de carbón, llamando a una pausa ambiental para evaluar las políticas y regulaciones ambientales.

Las críticas se extienden a las carboneras, acusadas de acelerar los desmontes mediante contratos millonarios con empresarios internacionales. Ludmila Pizarro, representante de las plataformas, destaca la falta de autorizaciones en algunas carboneras de Villa Montes, señalando a las colonias menonitas como actores importantes en la deforestación y producción de carbón